2 Cabezas parlantes

En esta técnica aparece un presentador o “locutor a cuadro” y lee un texto al público en nombre del producto, candidato/partido, institución o empresa.

Aquí los planos medios y cercanos permiten simular el contacto directo con el público, entrar ‘literalmente’ hasta su casa. Esta es una modalidad muy empleada pues se le habla directamente a los espectadores.
En la publicidad comercial y las relaciones públicas, el presentador se asume como miembro de la empresa o institución que representa, aunque de antemano se sabe que no lo es, por lo que en su discurso aparecen palabras como “en la empresa X somos..., en la institución X estamos..., nuestros productos X son...”

Mientras que en la propaganda política-electoral, su objetivo es demostrar cualidades tan deseables como fiabilidad y capacidad, al tiempo que el actor político afronta de forma emotiva los problemas. Así el personaje intenta presentarse provisto de un porte de seguridad en sí mismo, familiaridad con la cámara, voz servil y una postura abierta y sencilla respecto a determinados temas clave que puede utilizar con eficacia en sus anuncios para tranquilizar al público respecto a si él está realmente capacitado para ocupar el puesto de elección popular al que aspira.

En ambos casos, se busca a alguien que sea carismático y creíble para aparecer a cuadro, pero no tan poderoso como para que le robe la atención al mensaje original pues éste siempre debe ser lo que recuerde el público, mientras que en la parte comercial se emplean talentos (actores, modelos, locutores, deportistas), en la propaganda, además del candidato o gobernante, se recurre a portavoces o miembros del partido, conocidos y familiares (esposa e hijos).